El mes de junio marca un momento especial en el calendario cusqueño, cuando nuestra ciudad se viste de gala para celebrar sus festividades más emblemáticas. Como cada año, las celebraciones del mes jubilar del Cusco ya han comenzado, y tanto los cusqueños como los turistas nacionales e internacionales se sumergen en esta vibrante atmósfera de tradición y cultura.
Las festividades comenzaron con la tradicional ofrenda a la Pachamama, un acto lleno de simbolismo y reverencia hacia nuestra madre tierra. Esta ceremonia es solo el inicio de una serie de actividades que resaltan la riqueza cultural de nuestra región y atraen a miles de visitantes. Un dato que destaca es que las entradas para el Inti Raymi, la celebración más importante del calendario inca, ya están agotadas. Aproximadamente 4,200 entradas se vendieron a 20 días del evento, según informó Rosendo Baca, presidente del directorio de la Empresa Municipal de Festejos del Cusco.
El Inti Raymi, celebrado el 24 de junio, es un evento de gran importancia cultural y turística. Declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 2001, esta festividad no solo celebra el solsticio de invierno, sino que también revive la historia y las tradiciones del imperio inca. Durante 30 días, Cusco se convierte en un escenario vibrante de desfiles, luces y sonido, resaltando la cultura y el arte de nuestra ciudad. "El Cusco no solo muestra los 30 días de la parte cultural: sus desfiles, su noche de luces y sonido, el desfile alegórico de nuestra universidad, el arte con sus alegorías, el saludo de las provincias, las diferentes universidades, colegios, niños, adultos mayores, todos saludan a nuestra ciudad pero bailando, cashuando, mostrando colorido y danzas," destacó Baca.
Estas festividades son una oportunidad única para mostrar nuestro orgullo cusqueño y promover el turismo, una actividad económica vital para la región. Sin embargo, también debemos recordar la importancia de vivir estas fiestas con responsabilidad. Evitemos los excesos, como los cometidos en San Cristóbal, y cuidemos nuestra ciudad imperial. Mostremos al mundo la belleza y la riqueza de nuestra cultura, pero también nuestra capacidad de celebrar con respeto y conciencia.
El mes jubilar del Cusco es una invitación a celebrar nuestra identidad, a compartir nuestras tradiciones con el mundo y a reafirmar nuestro compromiso con la preservación de nuestro patrimonio cultural. Disfrutemos de estas festividades con alegría y responsabilidad, y sigamos promoviendo el turismo que tanto beneficia a nuestra comunidad.